martes, 16 de agosto de 2011

CAPITULO I : Un Nuevo Amigo.


Cuatro paredes un cuarto simple y sin color, era lo que siempre observaba cuando desde mi cama miraba mi cuarto, era algo que solía hacer cuando las monjas no me ponían a orar, no se por que mis padres me trajeron acá la verdad nunca me han gustado estas cosas pero bueno solo queda la resignación cuando lo que prima no es tu decisión.
Muchas niñas del convento decían que querían ser monjas yo no pensaba igual, y por eso prefería callar y escuchar para no desatar peleas siempre me tachaban de la reservada, de la aburrida y nadie me había conocido verdaderamente, pero preferían hablar sin conocerme primero.
Toc toc sonaba la puerta -puedo- sigue le dije era la madre superior, Maria siempre tan amable conmigo ella era muy especial para mi,
-Lucia quisiera saber si quieres ir a regar las nuevas flores que sembraron están muy lindas-
-Si claro ya voy- siempre me encantaron las flores y por eso cada que llegaban flores nuevas al convento me mandaban a arreglarlas.
Estaba cruzando el patio principal cuando vi las hermosas orquídeas de color rosa que habían al fondo eran muy lindas, solo iba en dirección a ellas cuando sentí un gran golpe que me tumbo al piso, cuando abrí los ojos solo vi la cara de un muchacho moreno, de ojos cafés claros que tenia cara de asustado, me preguntaba muchas cosas aun no reaccionaba.
-como estas, que te paso, contéstame-
-Mmmm, estoy bien gracias-
-perdón iba distraído pero no quise lastimarte-
-tranquilo no te vi, pero que haces en un convento? –
-Mmm tranquila no vine a ser padre ni nada por el estilo solo soy el nuevo chico de mantenimiento-
-bueno creo que es hora de que me ayudes a parame no-
-ah si perdón-
Me extraño mucho ver a un chico en el convento usualmente no los dejan entrar, y los que entran son de mucha edad, pero este era muy joven yo le pondría 16 y además era muy lindo.
-Como te llamas?- Me pregunto
-Lucia y tu?-
-Mateo pero me dicen Mat-
Su sonrisa era hermosa sus dientes blancos brillaban y simplemente era agradable hablar con el aunque no habíamos hablado mucho.
-bueno lucia me tengo que ir pero espero vernos pronto, para que nos conozcamos mejor-
-Mmm si claro, chao-
Seguí mi rumbo hacia las orquídeas y el hacia la oficina de madre superior, lo extraño es que no podía olvidar su sonrisa, simplemente las flores pasaron a segundo plano, las regué con agua ligeramente no las detalle ni les hable como lo hacia habitualmente, solo me fui corriendo hacia mi cuarto.
Cuando llegue a el estaba en la otra cama Camila, ella era una buena chica y siempre trataba de hablarme pero yo la ignoraba no me gustaba hablar con nadie:
-Hola, por que tienes esa cara de felicidad?-
-Felicidad?-
No me había dado cuenta de cómo estaba mi aspecto pero no sabia que contestar.
-Si tienes una sonrisa de oreja a oreja, que te paso?-
-Nada, simplemente llegaron nuevas flores al convento-
No se me ocurrió decir nada mas, obvio no le iba a decir nada de Mateo, no éramos intimas amigas como para hablarle de eso.
-Mmm bueno-
Ella sabia exactamente cuando no quería que me hiciera mas preguntas y por eso simplemente decidió no insistir por mi supuesta cara de felicidad.
En mi cama pensé no prestarle tanta importancia a mateo era un simple chico que vi en una ocasión cualquiera no lo volvería a ver quizás entonces no valía la pena pensar tanto en el.

Al otro día me levante muy temprano para ir como de costumbre a la iglesia del convento no me agradaba mucho pero se volvió una costumbre, cuando llegue estaba sola como siempre por eso siempre iba temprano para no ver a nadie, cuando salía me encontré con mateo pensé que seguiría derecho y no me saludaría pero paso todo lo contrario.
-Hola lucia, como estas?-
-Hola Mateo, bien y tu?-
-bien pero no me digas Mateo simplemente dime Mat-
-Mmm bueno-
-y por que no saliste con tu familia hoy, es domingo-
Había olvidado que los domingos nos dejaban salir con nuestras familias, por que nunca salía ya que mi familia nunca estaba en el país siempre estaba viajando por el mundo en sus negocios tal vez por eso creo que fue que me dejaron acá para que no les molestara.
-bueno, pues mi familia no esta en el país por eso no salgo-
-a bueno si no te molesta podemos hablar esta tarde para que nos conozcamos mejor, conozco un buen lugar aca en el convento-
-no se si estaría bien, las monjas están muy pendientes de mi no creo que me dejen escapar, pero intentare estar ahí-
-bueno de todas maneras te espero en la parte trasera del convento junto a los jardines de violetas-
-claro ahí estare-
-lucia, ven a desayunar-me llamaba Maria
-chao me llaman-
-chao nos vemos a las 3pm-
Mientras iba a desayunar pensaba si ir o no a la cita la verdad no estaba segura pero, si tenia muchas ganas de ir.
-Lucia muchacha por que no venias se te va a enfriar el desayuno, que hice especialmente para ti-
-María no te escuchaba pero bueno gracias por el desayuno se ve muy rico-
La mañana paso muy rápida y cuando menos me lo espere eran las 2:3 pm a media hora de mi casi cita si así se le puede llamar, no sabia si ir o no, muchas cosas pasaban por mi cabeza como, que tal si no iba y me dejaba plantada o que tal si la María no me encontrara en mi cuarto y me encontrara con Mat, al final me decidí y me arregle para ver a Mat.
Cuando llegue al lugar estaba el con una chaqueta de cuero unos jeans y una camisa azul clara se veía muy bien.
-Hola- me dijo
-Hola-
-Luces muy bien lucia-
No sabia que contestar, al chico lindo le parecía que me veía bien en estos jeans y blusa vieja.
-tú también luces muy bien-
-bueno lucia cuantos años tienes?-
-15 y tu?-
-16, y por que estas acá?-
-bueno es difícil, mis padres son grandes empresario y viajan por todo el mundo no tienen tiempo para mi así que decidieron dejarme acá-
-Mmmm ósea que no quieres ser monja?-
-No, quiero ser medica, y tu por que estas acá?-
-Pues mis padres murieron en un accidente y en el orfanato se cansaron de mí, era un poco travieso así que me mandaron a este convento a ayudar con el aseo-
Se veía un tono de tristeza en sus ojos al nombrar a sus padres.
El tiempo pasó y hablamos toda la tarde, el era una persona muy especial para mi, y teníamos muchas cosas en común.
-bueno Mat, es hora de irme-
-Lucy (como me decía de cariño) te acompaño a tu cuarto?-
-no Mat podrían verte nos vemos mañana-
Salí corriendo hacia mi cuarto, todo estaba oscuro y no había nadie mas en el convento que María, el vigilante, Mat y yo así que nadie me vio cuando pase por los corredores hacia mi cuarto, cuando entre encontré todo oscuro, me puse mi piyama y me acosté.
Toda la noche soñé con Mat, fue algo extraño.

1 comentario:

  1. awwwwwn el amor, el amoor

    MAT ♥
    que feo que tus padre te dejen en un convento .-.

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